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Ilustración informe Bakardadeak

Hablemos de soledades: ¿A qué apunta la evidencia?. Principales reflexiones y hallazgos del estudio Bakardadeak

Hace algunas semanas reflexionábamos en este mismo blog acerca de un fenómeno complejo y lleno de matices como es la “soledad”, planteando algunas cuestiones que nos llevaron a la elaboración de un estudio sobre este tema. Entre ellas, aspectos como la relación entre las diferentes realidades abarcadas bajo dicho término, el componente cultural de esta experiencia, su estigma asociado o su vinculación presentada como causal con ciertos problemas de salud.

Para tratar de dar respuesta a las preguntas que nos hacíamos, iniciamos un proyecto de investigación en torno a la soledad, en el que abordando la multidimensionalidad del concepto, abogamos por la generación de un conocimiento profundo con la finalidad de avanzar hacia un abordaje diferente y efectivo de sus diferentes facetas entre las personas que envejecen en Gipuzkoa. Como resultado, elaboramos un estudio compuesto por cinco grandes bloques de trabajo.

  • El punto de partida fue la elaboración de una revisión bibliográfica de documentación científica sobre el tema, en la que analizamos el concepto de soledad y otros vinculados a la misma, así como los tipos de intervenciones puestos en marcha para abordarla.
  • Tras ella, se realizó un estudio cualitativo con el que explorar las representaciones sociales, percepciones y motivos asociados a la soledad en todas sus facetas.
  • Posteriormente, un estudio cuantitativo analizó los perfiles existentes en el territorio, proporcionamos la prevalencia de la soledad entre las personas de 55 y más años en Gipuzkoa e indagamos en sus características diferenciadoras.
  • Asimismo, se realizó una evaluación del impacto de las intervenciones realizadas por las iniciativas de acción voluntaria que acompañan a personas solas o generan redes de apoyo vecinales para paliar la soledad.
  • Por último, construido sobre los hallazgos de las anteriores fases del proyecto, se propusieron unas bases para la elaboración y diseño de una estrategia política de abordaje de la soledad.

Dada la magnitud de la información y resultados obtenidos, hemos hecho un esfuerzo por resumir los principales hallazgos que se desprenden de este estudio y que exponemos a continuación.

En primer lugar, el acercamiento realizado a través de la revisión bibliográfica nos ha permitido conocer el avance realizado en su análisis e intervención en el ámbito de la gerontología. Si bien se reconoce que existen diferencias entre las vertientes de la soledad, es frecuente encontrar un uso intercambiable de conceptos como vivir en solitario, el aislamiento social y la soledad percibida. Además, se asume que todas las personas interpretamos la soledad de la misma manera, que existe una comprensión y un significado universal de la misma o que es una experiencia homogénea, estática o lineal. 

Conclusiones como las anteriores corroboraron la necesidad de elaborar un estudio cualitativo que explorase la dimensión experiencial que propicia el hecho de sentirse solo/a durante la vejez, más aún en un fenómeno con un componente cultural tan marcado. Fruto de este análisis cualitativo  se concluye que la experiencia de la soledad no es un fenómeno específico y definido, esto es, no se trata de una cuestión única y universal. Las personas pueden experimentar la soledad de manera diferente ya que, como se suele decir, hay personas que se sienten solas aun estando rodeadas de gente.

El análisis de los perfiles incluidos en este estudio apunta a que se trata de un fenómeno que no es estrictamente relacional; en ella, la pérdida, comprendida en un sentido amplio y genérico (desde la pérdida de personas referentes o la propia salud, hasta la pérdida de propósito en la vida), es uno de los desencadenantes más comunes. Este estudio también identificó la actividad con sentido como indicador clave de soledad. Las personas que se sienten solas suelen expresar dificultades a la hora de ordenar sus días a partir de actividades que resultan relevantes para ellas, significativas.

En el estudio cuantitativo tomando una muestra de 2.050* personas, basada en un muestreo aleatorio estratificado, uno de los objetivos era establecer los datos de prevalencia de soledad. Así, un 5.5% de las personas de 55 y más años residentes en el territorio declararon sentimientos de soledad, esto es, eran personas que se sentían solas con mucha o bastante frecuencia. La cifra es algo inferior en hombres que en mujeres (3.7% de ellos frente al 7% de ellas) y en las generaciones más jóvenes con respecto a las de más edad. Por otro lado, la cifra de personas que viven en solitario en Gipuzkoa asciende al 27.3%. De ellas, el 72.4% son mujeres y en casi el 40% son personas mayores de 80 años.

Por supuesto, analizamos el perfil sociodemográfico de las personas que afirman sentirse solas, incluyendo aspectos relevantes como el estado civil, la situación económica o el nivel educativo, además de cuestiones como la salud, la vivienda o la realización de actividades o la experiencia de la soledad.

Esperando poder profundizar más en próximas entregas de este blog, nos parece necesario destacar la vinculación que encontramos  entre el hecho de tener una escasa red familiar y de amistades con la percepción de soledad. Un resultado destacado de este estudio correspondiente al aislamiento social muestra que principalmente es la falta de red de amistades la que constituye un predictor de la misma, por lo que aquellas personas que se sienten aisladas socialmente de los/as amigos/s muestran mayor probabilidad de sentirse solas. Algo que podría estar muy vinculado a la importancia de las “cuadrillas” en la cultura gipuzkoana.

En el estudio para analizar el impacto de las intervenciones que trabajan en el abordaje de la soledad como son Nagusilan y Adinkide, entidades colaboradoras en este proyecto, se apostó por un enfoque de co-producción, en el diseño de un marco o protocolo de evaluación desarrollado de manera conjunta con las personas que están en la acción y que puede servir de base para evaluaciones de este tipo. Con esto hemos testado el impacto de las intervenciones en la vida de las personas, integrando los resultados provenientes de la aplicación de técnicas cualitativas y cuantitativas. Los resultados parecen apuntar a que intervenciones de este tipo pueden suponer una disminución del sentimiento de soledad, mejoras emocionales y un aumento de las relaciones sociales.

Esto es tan solo una extracción de algunos resultados de interés del estudio Bakardadeak, de cuyo análisis conjunto surgen las bases para una estrategia centrada en el abordaje de las soledades, con sugerencias  que adoptan un planteamiento ecosistémico, integrado, coordinado y centrado en las personas.

Os invitamos a visionar la siguiente webinar en la que desarrollamos con mayor profundidad las conclusiones de esta investigación.

 

Autora

Experta en Planificación Gerontológica

Autora

Investigadora de Matia Instituto

Autora

Investigadora de Matia Instituto

Comentarios

T

Favor indicar un mail para etcean bizi

J

Estimado Tomás, si está interesado en el proyecto Etxean Bizi puede escribir a nuestra compañera Nerea Etxaniz: nerea.etxaniz@matiafundazioa.eus

Saludos

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