Matia celebró el pasado 10 de diciembre la jornada “Comité de Derechos Humanos Matia: un año de avance en derechos”, un encuentro que sirvió para compartir el recorrido, los aprendizajes y los retos de esta iniciativa pionera dentro del ecosistema de cuidados del territorio. La jornada tuvo lugar en Matia Gunea Lugaritz, con participación tanto presencial como online, facilitando una amplia implicación de personas vinculadas a la organización.
La apertura institucional contó con la intervención de Francisco Javier Leturia Arrazola, Jefe del Servicio de Gestión Integral de Centros del Departamento de Cuidados y Políticas Sociales de la Diputación Foral de Gipuzkoa, quien subrayó que la garantía de los derechos es un pilar fundamental del modelo de atención en el que trabaja la Diputación, y puso en valor la creación de foros como el Comité de Derechos Humanos de Matia, destacando su importancia como espacios de reflexión, participación y avance que deberían poder replicarse en otros ámbitos y servicios.
Un comité para situar los derechos en el centro del cuidado
El Comité de Derechos Humanos de Matia nace con el objetivo de velar porque la dignidad y los derechos de las personas estén presentes de forma real y efectiva en el día a día de la organización, no solo como principios teóricos, sino como elementos que orientan las prácticas, las decisiones y las relaciones.
Durante la jornada se compartieron su funcionamiento, el enfoque desde el que trabaja y los principales avances logrados a lo largo de su primer año de vida. El Comité se consolida así como un espacio estable de escucha, análisis y propuesta, desde el que se abordan situaciones complejas, se identifican oportunidades de mejora y se refuerza una cultura organizativa basada en los derechos humanos.
Una jornada con amplia participación presencial y online
La jornada reunió a más de 100 personas en formato presencial, a las que se sumó un número significativo de participantes conectados online, configurando un espacio plural y representativo. Entre las personas asistentes se encontraban profesionales de distintos ámbitos de Matia, personas implicadas en el desarrollo del Comité de Derechos Humanos, personas vinculadas a las historias y experiencias que inspiran su trabajo, así como personas voluntarias.
La diversidad de perfiles —desde profesionales de atención directa hasta personas con responsabilidades técnicas y estratégicas— favoreció un diálogo conectado con la práctica cotidiana y con los retos reales del acompañamiento.
Escuchar las voces: activismo, experiencia y mirada experta
Uno de los momentos más significativos de la jornada fue el espacio dedicado a la defensa de los derechos en el día a día, protagonizado por Indira Martínez de Ilarduya e Iñaki Diez, activistas y expertos por experiencia, que compartieron sus vivencias, aprendizajes y reflexiones desde una perspectiva directamente vinculada a la realidad de las personas.
Sus intervenciones aportaron una mirada situada y transformadora, reforzando la importancia de escuchar las voces de quienes viven los derechos en primera persona y de incorporar esa experiencia como conocimiento clave para seguir avanzando en modelos de cuidado más justos y respetuosos.
Asimismo, la jornada contó con la participación de Alberto Infante, Secretario de la Fundación HelpAge International España, que intervino en formato online y ofreció una reflexión desde una perspectiva experta, situando el trabajo del Comité en un marco más amplio de derechos de las personas mayores y subrayando la importancia de avanzar hacia modelos que integren la voz y la voluntad de las personas como eje central.
Un espacio compartido para seguir avanzando
Más allá del balance realizado, la jornada se planteó como un espacio de aprendizaje colectivo, orientado a seguir construyendo formas de acompañar en las que los derechos no solo se protegen, sino que se viven. Celebrar el encuentro en el propio espacio de trabajo reforzó la idea de que este compromiso forma parte de la práctica cotidiana de Matia.
Con esta jornada, Matia reafirma su apuesta por poner a la persona en el centro, impulsando estructuras y espacios que permiten avanzar en la transformación del modelo de cuidados desde el respeto a la dignidad y a los derechos de todas las personas.





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