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Recomendaciones para el cuidado emocional ante una situación de aislamiento

18.03.2020

Desde Matia nos sentimos en la necesidad de compartir una serie de pautas dirigidas a personas cuidadoras y a familiares de personas que requieren apoyos y que están viviendo la actual situación de aislamiento tanto en un centro como en sus hogares.

10 RECOMENDACIONES SI TU FAMILIAR MAYOR SE ENCUENTRA EN SITUACIÓN DE AISLAMIENTO EN CASA

  1. Mantén una rutina cotidiana de contacto. a través de una llamada de teléfono, una videoconferencia o cualquier otro medio seguro para ti y tu familiar.
  2. Procura mantener un tono positivo y afectuoso. Tranquilízale sobre tu estado y el de las personas que le importan.
  3. Anímale a hacer sus rutinas de cuidado personal. Higiene, indumentaria, medicación, algo de ejercicio,... Si sabes de alguna actividad significativa que suela hacer, invítala a continuar con ella.
  4. Asegúrate de que coma bien y tenga sus medicamentos. Hazle llegar la comida, si es necesario preparada, y teniendo en cuenta sus preferencias. 
  5. El entretenimiento es importante. Facilítale las revistas, los periódicos que le gustan. También puedes llevarle una película o si le gusta la música, un CD. 
  6. Hazle llegar fotos de familiares, notas de voz, vía WhatshApp… Si no dispone de WhatsApp puedes hacerle llegar una foto familiar con un mensaje de ánimo por detrás. Házselas llegar junto con la comida y las medicinas 
  7. Recuérdale su fortaleza para afrontar situaciones del pasado. Las personas mayores llevan tras de sí una gran mochila de experiencias y muchas han superado anteriormente situaciones complicadas.
  8. Anímale a contactar con amigas y vecinas. Muchas estarán viviendo situaciones parecidas y podrán compartir entre sí sus vivencias y preocupaciones. 
  9. Escúchale y responde sus preguntas. Dale la información que solicita y que le sea de ayuda. 
  10. Si es posible, repartir ese contacto con el familiar mayor con entre varios conocidos. Es bueno para la persona y también para el resto de la familia.

Infografía familiares de personas mayores que se encuentran en aislamiento en soledad

 

10 CONSEJOS PARA QUIENES NO PODÉIS QUEDAROS EN CASA PORQUE ESTÁIS CUIDANDO

  1. Céntrate en el día a día. La vida sigue para tí y para la persona que cuidas.
  2. Nunca más que ahora el equipo importa. Consulta, comparte y acuerda.
  3. Ten presentes tus capacidades para resolver situaciones. Confía en ti mismo.
  4. Una situación excepcional requiere ideas excepcionales,en el buen cuidado también.
  5. Pide ayuda si la necesitas. Somos parte de un equipo que funciona mejor cuando lo hace desde el apoyo mutuo.
  6. Tómate, siempre que puedas, pequeños respiros. El descanso es parte esencial del buen cuidado.
  7. No olvides. Cada día que pasa es un triunfo. Sumarse en pensamientos negativos no hará que la normalidad regrese antes.
  8. Come bien, descansa todo lo que puedas y disfruta de tu gente. Esto último adoptando las precauciones necesarias.
  9. Nos cuidamos, cuidamos vidas. El cuidado mutuo y recíproco nos ayuda a desarrollar nuestra labor: acompañar vidas, vidas en marcha.
  10. Recibe la gratitud de las personas que cuidas, sus familias y la de ciudadanía comprometida con el buen cuidado.

Infografia con recomendaciones para quienes cuidan a personas

 

10 RECOMENDACIONES SI CUIDAS A UNA PERSONA CON DEMENCIA Y NO PODÉIS SALIR DE CASA

  1. Mantén las rutinas el horario habitual, las actividades y los descansos del día a día.
  2. Aunque no se pueda salir a la calle, es importante mantener el cuerpo en marcha. Caminar dentro de casa, estiramientos suaves, moverse aunque sea unos pasos.
  3. Anima a participar a la persona que cuidas en todo lo que le resulte posible y significativo. Quizás le siente bien involucrarse en cosas como los aplausos en el balcón, los bingos u otras acciones comunitarias.
  4. Cuida la medicación y la comida. No olvides incluir algo especial en el menú de vez en cuando.
  5. Si la persona que cuidas  hace preguntas o  muestra inquietud, responde con  mensajes sencillos, tranquilizadores y prácticos.
  6. Procura que el ambiente  en casa sea tranquilo. Ver alguna película en la TV o en YouTube, escuchar programas de entretenimiento en la radio, comunicarse con personas conocidas a través de la tablet... ayudará a disfrutar de buenos ratos.
  7. La música siempre es una buena aliada. Puedes aprovechar para recordar canciones que le gusten o, si es posible, bailar. Servirá como un buen ejercicio físico y ayudará a mantener el ánimo.
  8. Tomar  juntos el aire a través de la ventana, o en el balcón es saludable y ayuda a mantener el contacto  con el exterior.
  9. Recuerda que el humor y la expresión de afecto son buenos aliados para una buena vida en el día a día.
  10. Cuídate. Habla con amigos, comparte con otros cuidadores, reserva un tiempo para ti y pide ayuda si la necesitas. Tu bienestar garantiza  el de la persona que cuidas.

 

EN CASA VIVIENDO CON UNA PERSONA CON DEMENCIA. ¿QUÉ HAGO SI…?

La persona tiene conductas agresivas.

PROCURA PREVENIRLAS*

  • Motiva la practica de actividades cotidianas, facilitando y valorando el desempeño de lo que a la persona le gusta y motiva.
  • Manten las rutinas diarias. En caso de que los cambios sean inevitables, procura introducirlos de modo progresivo.
  • Presta atención al entorno. Manten controlados objetos peligrosos y la medicación. Procura tener una temperatura agradable, y ambiente tranquilo.
  • Distráela contándo algo con tono calmado o bien ofrécele algo que mantenga sus manos ocupadas (comida, un periódico, cartas,...), en especial cuando la persona se empieza a alterar.

SI HAN APARECIDO...

  1. Respira y conserva la calma. No te tomes la agresividad como algo personal, trata de averiguar qué es lo que le causa irritación y actúa antes de que vaya a más.
  2. Pregunta a la persona qué le pasa y si le puedes ayudar, con voz suave y sin hacer gestos bruscos. Levantar la voz o discutir casi siempre provoca una escalada del comportamiento agresivo.
  3. Usa el contacto físico con criterio. de modo personalizado. a veces, el contacto o un abrazo pueden consolar a una persona, pero también puede ser entendido como una provocación.
  4. Aborda a la persona por delante, despacio y con calma. No te acerques rápidamente, ni por detrás. Avísale de lo que vas a hacer y procura no causarle sobresaltos.
  5. Distrae a la persona centrando gradualmente su atención en algo placentero, cambiando de actividades, yendo a otra sala, dejando la situación en suspenso.
  6. Sujétale, si hace falta,con firmeza y cuidado. Resulta mejor una sujeción ligera, agarrándole los brazos con suavidad.
  7. No dudes en pedir ayuda si la necesitas. Ten a mano telefónos de urgencias u otros recursos en caso de no poder controlar la situación por tí misma. No olvides, pedir ayuda en estos casos no es signo de debilidad, sino de fortaleza.

(*) En algunos casos puede ayudar salir a la calle. Solicite al médico de cabecera un documento que justifique la necesidad de la salida. Recomendaciones basadas en la publicación: "Consejos y orientaciones no farmacológicas para pacientes con deterioro cognitivo en el domicilio y unidades psicogeriátricas". Arriola, E., Alaba J., Buiza, C., González M.F. y Zulaica, A.

 

 

EN CASA VIVIENDO CON UNA PERSONA CON DEMENCIA. ¿QUÉ HAGO SI…?

La persona tiene conductas agresivas.

PROCURA PREVENIRLAS*

  • Favorece que el entorno sea tranquilo. Evita, en lo posible, ruidos bruscos; escasez o cambios repentinos de luz; estimulación excesiva (tele o música de fondo sin parar, hablar a la vez,…). Un poco de música suave (en algunas personas es muy eficaz el uso de auriculares). Si es creyente, escuchar el rosario o una misa, puede ayudar a relajarla.
  • Invítala a participar en actividades significativas y agradables como cuidar animales o plantas, ordenar objetos, lavar y doblar ropa, tareas domésticas, jugar a las cartas.
  • Manten las rutinas diarias y cambia lo menos posible la vida y el entorno diario, asegurando que los objetos significativos de la persona estén a la vista.
  • Anímala y ayudála a moverse. Un paseo por la casa o bien realizar algo de ejercicio.
  • Evita bebidas excitantes.

SI YA HAN APARECIDO…

  1. Muestra una actitud cariñosa y conciliadora. Exprésate de forma clara, sencilla y sosegada. Pasea y respira profundamente junto a ella.
  2. Favorece que la persona se exprese acerca de sus sensaciones y de las causas de lo que le pasa.
  3. Presiona muy ligeramente la parte del cuerpo que está agitada y anima a la persona con amabilidad que cese el movimiento, reduciendo el contacto progresivamente hasta que cese la agitación.
  4. Entretenla, cuando se vaya calmando. Lleva su pensamiento hacia temas que no creen tensión y le resulten reconfortantes para ayudar a crear un estado agradable.
  5. “Calma” el ambiente en el que se encuentra la persona. Elimina luces directas y fuertes, ruidos, cantidad de gente presente...
  6. Pide ayuda y consultar al médico si la agitación es repentina y sin motivo aparente. Podría haber alguna causa médica o medicamentosa. No olvides, pedir ayuda en estos casos no es signo de debilidad, sino de fortaleza.

(*) En algunos casos puede ayudar salir a la calle. Solicite al médico de cabecera un documento que justifique la necesidad de la salida. Recomendaciones basadas en la publicación: "Consejos y orientaciones no farmacológicas para pacientes con deterioro cognitivo en el domicilio y unidades psicogeriátricas". Arriola, E., Alaba J., Buiza, C., González M.F. y Zulaica, A.

 

EN CASA VIVIENDO CON UNA PERSONA CON DEMENCIA. ¿QUÉ HAGO SI…?

La persona tiene alucinaciones.

PROCURA PREVENIRLAS*

  • Favorece un entorno tranquilo. Evita, en lo posible, ruidos bruscos; escasez o cambios repentinos de luz; estimulación excesiva (la radio y la televisión pueden ser elementos de entretenimiento para algunas personas, pero también pueden causar que la persona piense que está escuchando voces…). Un poco de música suave puede ser de ayuda.
  • Manten la casa bien iluminada y tapa los espejos si la persona no reconoce su imagen y piensa que son otras personas.
  • Ventila bien todas las habitaciones. Emplea fragancias y aromas a las que la persona esté habituada. Cambios bruscos en los olores también puede desencadenar estos episodios.
  • Evita bebidas excitantes.
  • Procura no hacer cambios drásticos en la decoración o mobiliario. Pueden generar más confusión en la persona. Identifica qué objetos son relevantes para ella y mantenlos a su vista para que no se angustie si no los ve.

SI HAN APARECIDO...

  1. Acompáñala. No es necesario actuar si lo que la persona percibe no provoca sufrimiento o existe un riesgo.
  2. Tranquilizala y dale seguridad cuando se altere o asuste por la perturbación que está sufriendo.
  3. Procura reaccionar con calma así es más fácil que se sienta segura y confortada. A veces coger su mano y abrazarle le puede tranquilizar.
  4. Asegúrate de que te puede ver u oír. Cuando te dirijas a ella, colócate cerca y de frente, antes de iniciar una conversación.
  5. Responde de modo neutro sin comprometerte. Cuando sabes que lo que dice, ve u oye es falso, evita discutir. Para ella es real.
  6. Desplázate junto a ella a otra zona de la casa y ofrécela alguna actividad gratificante y significativa. Un buen punto de partida puede ser iniciar una conversación sobre temas reales y cotidianos.
  7. No dudes en pedir ayuda si la necesitas. Consulta al médico para valorar causas orgánicas o medicamentosas. No olvides, pedir ayuda en estos casos no es signo de debilidad, sino de fortaleza.

(*) En algunos casos puede ayudar salir a la calle. Solicite al médico de cabecera un documento que justifique la necesidad de la salida. Recomendaciones basadas en la publicación: "Consejos y orientaciones no farmacológicas para pacientes con deterioro cognitivo en el domicilio y unidades psicogeriátricas". Arriola, E., Alaba J., Buiza, C., González M.F. y Zulaica, A.

Infografía: En casa viviendo con una persona con demencia. ¿Qué hago si…?. Tiene alucinaciones.

 

EN CASA VIVIENDO CON UNA PERSONA CON DEMENCIA. ¿QUÉ HAGO SI…?

La persona tiene delirios.

PROCURA PREVENIRLOS*

  • Facilita que esté en un ambiente conocido y familiar.
  • Asegúrate  de que te ve u oye cuando le hables colocándote  cerca y de frente. Háblale con claridad y suavemente.
  • Inclúyela en las conversaciones para evitar que crea que están hablando o haciendo hay un complot contra ella, etc.

SI HAN APARECIDO...

  1. Ponte en su lugar, dándote cuenta de que la persona está asustada debido a pensamientos que le hacen sufrir.
  2. Mantén la calma para transmitir tranquilidad y seguridad, y reducir su malestar por ese pensamiento que le genera malestar.
  3. Atiende a lo que la persona está sintiendo. Evita hacerle entrar en razón, para ella lo que piensa es la realidad.
  4. Háblala en tono suave, aunque no entienda, coge su mano, escúchala para que sienta que está atendida y protegida.
  5. No le quites importancia a lo que dice ni la ridiculices por ello. Escúchala. Para la persona es muy importante sentir que la apoyas.
  6. Introduce poco a poco temas que sepas que le resulten agradables. Háblale de sus aficiones (deporte, lectura...), su música favorita, la comida que más le gusta,…
  7. Ante la creencia de robo:
    • Ofrécela ayuda para buscar el objeto que cree que le han robado, sin seguir el tema del robo, sino centrándote en ayudarle a encontrarlo.
    • Puedes meterle en su cartera algo de dinero o una fotocopia de la documentación. Eso puede hacer que se sienta mejor.
    • Dale una llave para que cierre su habitación o su armario si eso la tranquiliza.
    • Dile que vamos a estar atentos y vigilando para que no venga nadie.
  8. Ante creencias como: “tengo que ir a casa a cuidar de mis hijos o a prepararles la comida”
    • Prueba a hablar sobre el tema que le preocupa, pero desde otra perspectiva: “cuéntame algo de los hijos, qué vas a preparar para comer…”
    • No la recuerdes que sus hijos tienen actualmente 60 años (o los que sean).
    • Cuando insista en irse a su casa o a trabajar conviene prestarla atención, permaneciendo a su lado para evitar que se ponga en peligro.
  9. No dudes en pedir ayuda si la necesitas. Recuerda, pedir ayuda en estos casos no es signo de debilidad, sino de fortaleza.

(*) En algunos casos puede ayudar salir a la calle. Solicite al médico de cabecera un documento que justifique la necesidad de la salida. Recomendaciones basadas en la publicación: "Consejos y orientaciones no farmacológicas para pacientes con deterioro cognitivo en el domicilio y unidades psicogeriátricas". Arriola, E., Alaba J., Buiza, C., González M.F. y Zulaica, A.

En casa viviendo con una persona con demencia ¿qué hago si…? Tiene delirios.

 

EN CASA VIVIENDO CON UNA PERSONA CON DEMENCIA. ¿QUÉ HAGO SI…?

La persona tiene deambulación constante.

PROCURA PREVENIRLA*

  • Favorece un entorno físico agradable. Iluminación adecuada, objetos conocidos y tranquilizadores, ambiente en calma.
  • Preserva las rutinas y las costumbres evitando, en lo posible, grandes alteraciones.

SI YA HA APARECIDO...

  • Ponte en su lugar. La deambulación puede ser una manifestación de alguna necesidad no satisfecha (ir al baño, tener hambre, sed, cansancio, miedo, inseguridad, falta de ejercicio, aburrimiento, dolor...).
  • Acompáñala al baño, a la cocina o invítala a un sitio cómodo. Si manipula pomos o parece mirar a dónde ir, puede que esté queriendo hacer algo que no logra expresar. Trata de averiguar de qué se trata.
  • Orienta  la deambulación hacia zonas seguras. En caso de no existir riesgo, permite a la persona que camine tranquilamente, aunque sea pasillo arriba, pasillo abajo.
  • Conserva la calma y no te agobies si la persona te sigue por toda la casa. Puede ser por falta de estimulación, curiosidad o, en casos de demencia avanzada, un acto reflejo.
  • Tranquilízala en caso de mostrar sensación de urgencia y prueba a sugerir otra actividad. Por ejemplo, si comenta que tiene que ir a hacer la comida a los niños, puedes decirle: “No te preocupes, la comida está lista. Ya me estoy encargando yo. Vente al sofá mientras se hace.”.
  • Favorece el contacto con el exterior. Aprovecha los momentos disponibles para salir a dar un paseo por la calle.
  • Favorece la orientación y un recorrido cómodo por la casa. Para ello:
    • Utiliza señales de orientación: paneles indicadores, lugares y objetos especialmente conocidos, como adornos personales y significativos.
    • Dispón los objetos ordenados en sus sitios habituales.
    • Asegura un paso fácilmente transitable y seguro por pasillos y estancias. Si fuera necesario reorganiza la ubicación del mobiliario que pueda interrumpir el paso.
    • Abre las puertas para que si la persona busca un espacio concreto le sea más sencillo identificarlo desde el pasillo.
    • Si en la casa hay puertas de cristal transparente, coloca una pegatina a la altura de los ojos que ayude a la persona a saber si la puerta está abierta o cerrada.​
  • Pide ayuda si la necesitas. Recuerda, en estos casos no es signo de debilidad, sino de fortaleza.

(*) En algunos casos puede ayudar salir a la calle. Solicite al médico de cabecera un documento que justifique la necesidad de la salida. Recomendaciones basadas en la publicación: "Consejos y orientaciones no farmacológicas para pacientes con deterioro cognitivo en el domicilio y unidades psicogeriátricas". Arriola, E., Alaba J., Buiza, C., González M.F. y Zulaica, A. / "Guía para una vivienda amigable con las demencias". García A., Del Barrio, E., Diaz-Veiga, P.

 

EN CASA VIVIENDO CON UNA PERSONA CON DEMENCIA. ¿QUÉ HAGO SI…?

Muestra manifestaciones sexuales inapropiadas.

PROCURA PREVENIRLAS*

  • Favorece un entorno tranquilo que invite a la calma. Ciertos contenidos que ofrece la televisión pueden sobreestimular a la persona.
  • Ayuda a crear, si es lo que desea la persona, espacios y tiempos para la intimidad.

SI YA HAN APARECIDO...

  • Ponte en su lugar. Intenta entender y minimizar estas situaciones. Descarta causas como irritaciones, infecciones,... Que la persona se desvista puede responder a que tiene calor, ganas de ir al baño o siente alguna incomodidad, por ejemplo.
  • Muestra calma. Reaccionar con naturalidad favorece la tranquilidad de la persona. Recuerda que este comportamiento es una manifestación de la enfermedad.
  • Ofrece conversación. A veces una conducta sexual refleja una necesidad de interacción con otra persona. Conduce esa necesidad a una conversación u otro tipo de actividad compartida.
  • Redirige la expresión sexual  hacia actividades que ayuden a la persona a centrarse en otra cosa. Por ejemplo, hacer algo de ejercicio físico. En ocasiones distracciones simples, como ofrecer un poco de agua o zumo, también pueden ser de ayuda.
  • Qué hago si…
    • …se mete en mi cama. Redirígela a su cuarto. Esta conducta podría surgir de una búsqueda de intimidad sin fines sexuales o simplemente por desorientación.
    • …aparece desnuda. Tápale con una bata y llevarle a un lugar privado sin darle mayor importancia. Su comportamiento puede ser porque tenga calor o necesite ir al baño. O simplemente necesita actividad y esa es la  que tiene accesible en ese momento.
    • ... si se masturba en público. Procura mantener la calma y condúcela a un lugar privado sin darle mayor importancia. No la riñas, ni avergüences.
    • ... hace tocamientos a otras personas. Explícala directamente que esa conducta no es adecuada con esa persona o lugar. Con firmeza, pero sin entrar en discusiones ni confrontaciones.
    • ... coquetea haciendo comentarios ofensivos y/o gestos inapropiados. Esta conducta puede estar vinculada a viejos roles sociales. Recuerda a la persona, de forma amable y práctica que esta conducta no es aceptable, brindándola oportunidades para reexperimentar su rol social en otros aspectos.​
  • Pide ayuda en cuanto sientas que la necesitas. Recuerda, en estos casos no es signo de debilidad, sino de fortaleza.

(*) En algunos casos puede ayudar salir a la calle. Solicite al médico de cabecera un documento que justifique la necesidad de la salida. Recomendaciones basadas en las siguientes lecturas: "Consejos y orientaciones no farmacológicas para pacientes con deterioro cognitivo en el domicilio y unidades psicogeriátricas". Arriola, E., Alaba J., Buiza, C., González M.F. y Zulaica, A. / "Desinhibición sexual. Pautas de abordaje". Gracia, P.

 

EN CASA VIVIENDO CON UNA PERSONA CON DEMENCIA. ¿QUÉ HAGO SI…?

Se muestra apática y sin ganas de nada.

MANTÉN A LA PERSONA IMPLICADA EN EL ENTORNO

  • Genera oportunidades para interactuar con el ambiente que la rodea. Puede despertar su interés el tener a la vista y a mano aquellos objetos que invitan a la puesta en práctica de algún tipo de actividad significativa para la persona.

  • Estimula, motiva y participa. Ofrece opciones para la acción, cuanto más sencillas las plantees mejor. “Te acerco el periódico”, "¿Te apetece que hagamos un zumo?...". No dejes la actividad en la mano de la persona si la puedes compartir.

  • Incorpora la práctica de actividades cotidianas, intenta no hacerlas para la persona, e introduce progresivamente opciones para realizar nuevas actividades o actividades que ya se hacían, pero se quedaron atrás. Hacer la cama, tender la ropa, barrer la cocina, regar las plantas...

  • Conversa con la persona. Habla con la persona de igual a igual, con paciencia y tiempo para atender a lo que dice y sin criticarla en el caso de que no participe.

  • Propónle retos adaptados al nivel de la persona, ni demasiado sencillos que infantilicen o aburran ni demasiado complicados que puedan frustrarla.

Y SI YA LLEVA TIEMPO ASÍ...

  1. Pregunta y escucha lo que dice. Si no puede hablar, su expresión y su cuerpo pueden decir mucho sin palabras.
  2. Ensaya opciones y prueba a facilitarle cosas nuevas, puede que te sorprenda haciendo cosas que nunca antes le habían interesado.
  3. Saca partido a los errores. Ofrece actividades y si no funcionan o no son bien recibidas, vuelve a probar en otra situación más tranquila, o con la persona más activa.
  4. Usa el contacto físico. La cercanía y el tacto, si son deseados y bien recibidos, son una puerta a la comunicación.
  5. Tómate tu tiempo, despacio y con calma. El que la persona participe o interactúe con algo puede ser cuestión de tiempo y de facilitar las cosas.
  6. Valora positivamente tus acciones, no sólo las suyas. Si la persona no reacciona ante el ofrecimiento, ya sólo la atención que le das y la que la persona te preste, es valiosa en sí misma. A veces la atención precede a la acción.
  7. Incorpora a la persona en las situaciones sociales. Visitas, familia y amigos. Es positivo verse incluida, aunque no se participe.
  8. Ten presente que se trata de compartir. Proveer estímulos para dejar a la persona sola no compensa. La actividad tiene más valor si se hace en compañía.

 Infografía: En casa viviendo con una persona con demencia. ¿qué hago si…? se muestra apática y sin ganas de nada

 

9 RECOMENDACIONES SI TU FAMILIAR SE ENCUENTRA INGRESADO EN SITUACIÓN DE AISLAMIENTO HOSPITALARIO

  1. Recuerda que esta separación no es por culpa tuya. Aunque como cuidador/a quieres hacer todo lo que puedas para tu familiar y cuesta aceptar lo que no se puede, es importante aceptar las limitaciones de la situación y recordarte que son las circunstancias externas, no un fallo tuyo, lo que no te permite estar a su lado ahora.
  2. Practica la calma. Dejarnos arrastrar por un exceso de emociones negativas nos crea un sufrimiento añadido y no nos permite pensar con claridad.  Es normal sentir emociones negativas.  Acéptalas.  Luego practica una técnica de relajación, de respiración, yoga o mindfulness para ayudarte a mantener la calma.  Con simplemente hacer una pausa de tres respiraciones profundas cuando te acuerdas, ayudas a regular el malestar emocional.
  3. Confía en que tu familiar se encuentra en buenas manos. Date cuenta de que, aunque no estás allí, tu familiar tiene a personas alrededor, profesionales que le proporcionan los cuidados que necesita.
  4. Confía en que tu familiar es capaz de adaptarse a la situación. Los seres humanos tenemos una gran capacidad de adaptación ante las situaciones adversas.  Cuando un familiar está enfermo, solemos pensar en su vulnerabilidad; pero no olvidemos que también tiene recursos y puede desarrollar aún más fortaleza interior en esta nueva situación.
  5. Reflexiona sobre cómo te gustaría llevar esta situación difícil. Tú también estás en proceso de adaptación. Hazte la pregunta de cómo te gustaría poder llevar esta situación y ponlo como un objetivo personal a ir alcanzando poco a poco.
  6. Comunícate con él/ella. Si tienes la posibilidad de llamar por teléfono o hacerle llegar cartas, emplea estas vías alternativas de comunicación.  Si no puedes contactar ahora, escríbele cartas o grábale vídeos, etc. con la intención de poder dárselos más adelante.
  7. En lugar de con la preocupación, conecta con los sentimientos positivos hacia tu familiar. Es normal que te vengan pensamientos repetitivos de preocupación.  Empieza por aceptarlos cuando aparecen.  Para procurar que no te desborden, conecta con recuerdos positivos y los sentimientos de afecto y/o gratitud que sientes hacia tu familiar.  Si tienes creencias religiosas, o espirituales en general, puedes rezar por él o ella o usar la visualización.
  8. Date permiso para descansar y reponer fuerzas. El rol de cuidador/a acarrea cansancio y, a veces, incluso, agotamiento.  Sin embargo, cuidamos mucho mejor cuando tenemos energía y estamos descansados.  Toma esta oportunidad de reponer fuerzas ahora, descansando y cuidando de ti.
  9. Aprende a aceptar lo que no puedes controlar. En general, nos gusta controlar todo lo que podemos.  Sin embargo, hay circunstancias de la vida que se escapan de nuestro control y simplemente son como son.  En la medida que aceptamos la vida como es, sufrimos menos.


 

10 RECOMENDACIONES PARA FAVORECER UNA COMUNICACIÓN TELEFÓNICA COMPASIVA DURANTE EL COVID-19

  1. Prepárate para llamar con una respiración profunda y tomando consciencia de cómo quieres transmitir la información desde la compasión.
  2. Preséntate con tu nombre y profesión.  “Soy…la doctora que está cuidando de tu padre.”
  3. Habla despacio y  en frases cortas, teniendo en cuenta que la alteración emocional dificulta la asimilación de la información.
  4. Usa un lenguaje sencillo, evitando jerga y tecnicismos.
  5. Transmite la información en pequeñas dosis con pausas entre ellas, dando tiempo a asimilarla.
  6. Acepta el silencio, dando espacio para la expresión emocional. “Tranquila, no hay prisa.  Entiendo que es un momento muy duro.”
  7. Después de la mala noticia, transmite algo de esperanza o un dato positivo. “Vamos a cuidarle muy bien, para que esté lo más confortable posible.” O “Ha estado muy tranquilo hasta el final.”
  8. Antes de terminar, invitále a hacer preguntas. “¿Se te ocurre alguna otra cosa que necesites saber?”.
  9. Ofrece una continuidad de comunicación o apoyo. “Te voy a llamar todos los días durante el ingreso.”  O “Te doy el número del servicio del psicología por si quieres tener un apoyo en estos próximos días.”
  10. Después de colgar, cuida de ti, por ejemplo comentando con un compañero cómo ha sido.